5/5 Von M. 1 year ago on Google
Desde
hace
más
de
500
años,
el
charango
es
parte
inseparable
de
la
vida
de
los
aiquileños;
los
acompaña
en
penas
y
alegrías.
Aiquile
es
la
capital
del
instrumento,
cada
año
produce
alrededor
de
400
instrumentos
del
país
y
de
mundo.
Los
charangos
de
Aiquile
se
envían
desde
el
cono
sur
de
Cochabamba
hasta
países
como
Ecuador
y
Perú,
destacó
el
responsable
de
Cultura
de
la
Alcaldía,
Iván
Molina.
“El
charango
es
un
símbolo
de
los
aiquileños
y
de
Bolivia,
nos
deleita
y
alegra,
es
parte
de
nuestra
cultura”,
afirmó
el
alcalde
de
Aiquile,
Luis
López
Arnez.
Dos
de
las
comunidades,
San
Pedro
y
Comun
Pampa,
se
han
especializado
en
la
elaboración
de
este
instrumento.
De
hecho
80
de
100
artesanos
son
de
estos
sitios.
Los
artesanos
se
toman
hasta
tres
días
en
hacer
un
charango,
de
acuerdo
a
la
complejidad.
Hay
instrumentos
pueden
llevar
grabados.
Se
venden
desde
500
a
7.000
bolivianos.
Este
instrumento
típico
del
folklore
andino
se
originó
en
Potosí,
durante
la
colonia,
pero
Aiquile
se
convirtió
en
su
capital
por
la
calidad
de
sus
intérpretes
y
de
los
artesanos.
El
charango
tuvo
su
“época
dorada”
en
1920
en
Aiquile
y,
desde
1984,
organiza
la
Feria
y
Festival
Internacional
del
Charango
para
posicionar
la
calidad
de
los
instrumentos
hechos
en
esta
tierra,
recordó
Molina.
Explicó
que
la
calidad
se
alcanzó
porque
los
artesanos
perfeccionaron
su
técnica.
Entre
ellos
resalta
el
talento
de
Isidoro
Balcón,
Víctor
Pérez,
Luis
Soto,
Pedro
Soto
y
otros,
que
fueron
una
escuela
para
varios
que
continúan
con
la
tradición
de
fabricar
instrumentos
en
el
municipio