4/5 CATO A. 4 years ago on Google
(Translated
by
Google)
It's
a
willis
in
a
romboy.
The
Willys
is
one
of
the
most
representative
icons
of
the
Coffee
Region.
It
is
common
to
see
it
on
advertising
posters,
in
tourist
campaigns
and
in
anything
that
serves
to
promote
this
region.
Its
history
can
be
that
of
an
object
that
has
already
enjoyed
its
best
period
and
now
lives
on
its
memory
or
its
ghost,
patiently
waiting
for
something
or
someone
to
bring
it
a
better
destiny.
Its
origin
dates
back
to
the
Second
World
War,
when
the
United
States
developed
technology
capable
of
giving
it
victory.
And
just
as
he
came
to
create
weapons
of
unsuspected
power
such
as
the
atomic
bomb,
he
also
invented
forms
of
transport
that
could
withstand
the
most
difficult
weather
and
topography
conditions.
One
of
these
was
the
first
model
of
the
Willys
jeep:
the
M-38,
also
known
in
Colombia
as
Minguerra.
This
camper
was
ideal
for
advancing
along
the
roughest
roads
carrying
two
or
three
soldiers
in
the
cabin
and
a
machine
gun
barrel
in
the
dump.
Solid
and
strong
on
both
axes,
it
promised
not
to
get
bogged
down
in
watery
mud.
Forged
from
alloys
of
iron
and
steel,
its
brasswork
was
capable
of
withstanding
blows
like
an
anvil.
It
arrived
in
Colombia
at
the
end
of
the
war,
in
1946.
By
determination
of
the
national
government,
most
of
the
specimens
that
landed
in
the
port
of
Buenaventura
were
being
located
in
the
Andean
Region,
especially
in
the
areas
planted
with
coffee.
At
that
time,
the
National
Federation
of
Coffee
Growers
was
carrying
out
works
with
which
it
intended
to
improve
the
quality
of
life
of
coffee
growers
and
boost
the
economy.
Among
them,
the
opening
of
highways
that
connected
all
the
producing
farms
with
the
municipal
capitals.
Some
of
these
tracks
were
laid
on
flat
areas
and
close
to
the
center
of
town.
Others,
on
the
other
hand,
were
opened
with
dynamite
and
a
backhoe
through
isolated
edges
of
the
mountain
range.
In
both
cases,
the
vehicle
arranged
to
cross
them
was
the
Willys
jeep.
The
prestige
of
this
campero
in
the
country
grew
hand
in
hand
with
the
expansion
and
success
of
the
coffee
monoculture.
In
the
1950s
and
1960s,
any
owner
of
a
medium
or
large
farm
owned
one
or
several
Willys
to
transport
the
load
and
move
with
his
family.
Meanwhile,
the
owner
of
a
small
plot
knew
that
social
advancement
consisted
in
owning
one.
At
the
end
of
the
sixties,
the
central
parks
of
the
municipalities
in
Caldas,
Quindío
and
Risaralda
were
little
more
than
Willys
parking
lots
with
a
parish
(Original)
Es
un
willis
en
un
romboy.
El
Willys
es
uno
de
los
íconos
más
representativos
del
Eje
Cafetero.
Es
común
verlo
en
afiches
publicitarios,
en
campañas
turísticas
y
en
cuanta
cosa
sirva
para
promocionar
a
esta
región.
Su
historia
puede
ser
la
de
un
objeto
que
ya
gozó
de
su
mejor
época
y
ahora
vive
del
recuerdo
o
de
su
fantasma,
y
espera
paciente
que
algo
o
alguien
le
traiga
un
mejor
destino.
Su
origen
se
remonta
a
la Segunda
Guerra
Mundial,
cuando
Estados
Unidos
desarrollaba
tecnología
capaz
de
darle
la
victoria.
Y
así
como
llegó
a
crear
armamento
de
potencia
insospechada
como
la
bomba
atómica,
también
inventó
formas
de
transporte
que
soportaran
las
más
difíciles
condiciones
del
clima
y
de
la
topografía.
Una
de
esas
fue
el
primer
modelo
del
jeep
Willys:
el
M-38,
conocido
en
Colombia
también
como
Minguerra.
Este
campero
resultaba
ideal
para
avanzar
por
los
caminos
más
agrestes
cargando
dos
o
tres
soldados
en
la
cabina
y
un
cañón
de
ametralladora
en
el
vuelco.
Sólido
y
fuerte
en
los
dos
ejes,
prometía
no
quedarse
estancado
en
el
barro
acuoso.
Forjado
con
aleaciones
de
hierro
y
acero,
su
latonería
era
capaz
de
resistir
golpes
como
yunque.
A
Colombia
llegó
al
finalizar
la
guerra,
en
1946.
Por
determinación
del
gobierno
nacional,
la
mayoría
de
los
ejemplares
que
desembarcaban
en
el
puerto
de
Buenaventura
iban
siendo
ubicados
en
la
Región
Andina,
sobre
todo
en
las
áreas
sembradas
con
café.
Para
ese
momento,
la
Federación
Nacional
de
Cafeteros
adelantaba
obras
con
las
que
pretendía
mejorar
la
calidad
de
vida
de
los
caficultores
y
dinamizar
la
economía.
Entre
ellas,
la
apertura
de
carreteras
que
conectaban
todas
las
fincas
productoras
con
las
cabeceras
municipales.
Algunas
de
estas
vías
fueron
tendidas
sobre
áreas
planas
y
próximas
al
centro
del
pueblo.
Otras,
en
cambio,
fueron
abiertas
con
dinamita
y
retroexcavadora
a
través
de
filos
aislados
de
la
cordillera.
En
ambos
casos,
el
vehículo
dispuesto
para
transitarlas
fue
el
jeep
Willys.
El
prestigio
de
este
campero
en
el
país
creció
de
la
mano
con
la
expansión
y
éxito
del
monocultivo
cafetero.
En
los
años
cincuenta
y
sesenta,
cualquier
dueño
de
finca
mediana
o
grande
poseía
uno
o
varios
Willys
para
transportar
la
carga
y
moverse
con
su
familia.
Mientras
tanto,
el
dueño
de
una
pequeña
parcela
sabía
que
el
ascenso
social
consistía
en
hacerse
propietario
de
alguno.
A
finales
de
los
sesenta
los
parques
centrales
de
los
municipios
en
Caldas, Quindío y
Risaralda
eran
poco
más
que
estacionamientos
de
Willys
con
parroquia
