1/5 Victor Gascon M. 4 years ago on Google
Hace
unos
días
comimos
en
el
A
Restaurant
después
de
haber
pasado
varias
veces
por
el
hotel
e
íbamos
con
grandes
expectativas,
invitando
de
hecho
a
un
amigo
asiático
porque
creíamos
que
merecería
la
pena
que
se
llevara
ésta
experiencia
de
vuelta.
Pedimos
3
aperitivos,
3
entrantes,
y
3
segundos.
La
comida
ha
sido
fantástica
y
con
una
estupenda
relación
calidad
-
precio.
Lo
que
nos
ha
llamado
enormemente
la
atención
ha
sido
la
actitud
de
uno
de
los
camareros
que,
en
primer
lugar,
al
preguntarle
si
la
cantidad
de
platos
que
habíamos
pedido
era
mucha
ha
respondido
"depende
del
hambre
que
tengan".
En
segundo
lugar,
uno
de
mis
acompañantes
ha
pedido
cambiar
su
plato
pues
tenía
restos
de
comida
de
haber
estado
probando
varios
entrantes,
y
el
camarero
con
un
gesto
de
contrariedad
y
mientras
le
retiraba
el
plato
ha
dicho
"no
tengo
muchos
más
platos".
Cuando
hemos
pedido
café
después
de
comer,
y
una
de
las
camareras
se
ha
acercado
a
éste
camarero
a
decírselo
para
que
los
preparara,
le
hemos
oído
espetar
"ah,
¿pero
tomarán
café?".
Por
último,
al
pagar
mi
acompañante
asiático
a
una
de
las
camareras
con
una
tarjeta
"union
pay"
(tarjeta
asiática
comúnmente
aceptada
en
gran
parte
de
los
establecimientos
de
España,
más
aún
en
una
zona
turística),
ha
sido
reprendido
por
este
camarero,
que
le
ha
pedido
la
tarjeta
para
comprobar
de
qué
tipo
de
tarjeta
se
trataba
por
si
después
tenía
problemas
para
cobrar.
En
todo
caso,
si
han
tenido
algún
problema
para
cobrar
la
cuenta,
pueden
responder
a
mi
mensaje
y
con
gusto
la
abonaremos
con
una
tarjeta
válida
para
su
establecimiento.
Creemos
que
un
restaurante
de
este
tipo
merece
a
personal
que
acompañe
esta
experiencia
y
que
no
deje
el
sabor
agridulce
que,
sin
duda,
empaña
por
desgracia
la
fantástica
cocina
que
nos
ofreció
hace
unos
días.
La
sala
estaba
prácticamente
vacía
por
lo
que
desconocemos
el
motivo
por
el
que
la
actitud
de
esta
persona
fue
tan
absolutamente
lamentable.
Personalmente,
estuve
tentada
un
par
de
veces
de
acercarme
a
preguntarle
qué
problema
tenía.
Si
no
le
gusta
su
oficio
podría
dejar
paso
a
alguno
de
sus
compañeros
mas
jóvenes
que
parecían
tener
muchas
más
ganas,
actitud
y
aptitudes
para
desempeñar
su
labor.
En
resumen:
Podría
haber
sido
una
experiencia
fantástica
porque
el
local
y
la
comida
así
lo
merecían,
pero
la
actitud
de
una
sola
persona
consiguió,
por
desgracia,
devaluar
nuestra
opinión
general.