Que frio hace en esta Pasto desolada de fin de día festivo. Frío, con mayúscula, de viento que baja del galeras, de ausencia, de gente en la calle, de comercios cerrados, de restaurantes con meseros escasos y sin sonrisas... ¡Que frío! ¡Qué falta hace un chocolate caliente! Y... Eso, justo eso, precisamente eso fue lo que me brindaron al llegar a este muy limpio y tranquilo hotel: Un delicioso chocolate, con una tostadita, la ayuda amable con el equipaje, la amable sonrisa y el acento venezolano de esa bendición de Señor que me recibió en recepción y que me hizo sentir ese calor de hermano latinoamericano capaz de alegrar la tarde. El diablo, pero también Dios, se esconden en los detalles.

Unas instalaciones exelentes,exelente atención y servicios muy completos ..un verdadero placer alojarse en ese lugar...

Hotel bonito, con habitaciones confortables, camas cómodas, además servicio de restaurante y salón de eventos donde se puede alquilar para charlas o congresos pequeños con comida, salón de eventos con adecuado sistema de sonido e imágen con vídeo beam, está en un buen sector de la ciudad, con facilidad de ubicación.

Excelente lugar para propiciar espacios de trabajo cuando llegas de otras ciudades, trato amable y caluroso.

Un hotel pequeño, esencial, amable, tranquilo, sin mayores lujos pero muy bueno para descansar y con trato amable

Excelente lugar, buena atención por parte del personal.

Un lugar de fácil acceso, atención personalizada muy buena, amabilidad de parte de todo el personal, excelente. Gracias a todos por su atención.

Excelente Hotel, asistencia personalizada, experiencia incomparable a muy buen precio.