2/5 Damián B. 1 year ago on Google
Fuimos
con
mí
mujer
e
hijo
(2
años)
a
la
propuesta
"la
línea
sincera".
Básicamente
nos
encontramos
con
dos
espacios
interconectados
entre
sí
con
las
paredes
y
mesas
pintadas
con
garabatos
aleatorios,
algunos
afiches
también
pintados
con
lápiz
de
forma
monocromática
y,
al
final
de
los
espacios,
un
patio
pequeño
con
ladrillos
levantados
del
suelo,
suciedad,
escalones
no
señalizados
y
fierros
oxidados.
Dejando
de
lado
eso,
quisiera
señalizar
tres
cosas;
1)
el
baño
no
está
señalizado
de
ninguna
manera.
Ni
carteles
ni
indicación
alguna.
2)
No
había
consignas
establecidas
ni
se
visualizaba
a
quien
preguntarle.
De
hecho
la
única
señora
que
podría
haber
llegado
a
presuponer
que
era
del
lugar
me
vio
con
mi
hijo
sobre
una
de
las
mesas
de
dibujo
y
no
solo
no
me
indicó
nada
sino
al
acercarse
adónde
estábamos
se
quedó
en
silencio
y
esperando
a
que
me
apartara
para
mostrarle
algo
a
una
mamá
que
también
estaba
con
una
nena.
Recién
cuando
saqué
a
mí
hijo
de
la
mesa
siguió
hablando
con
la
mamá
como
si
nada.
Momento
desagradable,
sinceramente.
3)
El
uso
de
términos
como
"laboratorio"
son
engañosos.
Sin
ofender,
pero
si
sabía
que
iba
a
llevar
a
mí
hijo
a
una
casona
vieja
con
las
paredes
dibujadas
podía
llevarlo
al
colegio
industrial
que
tengo
a
dos
cuadras.
Desconozco
si
tienen
otras
actividades
más
allá
de
esta
y
quizás
las
tengan
y
sean
sumamente
interesantes.
Esta
propuesta,
para
nosotros,
fue
una
pérdida
de
tiempo.
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