5/5 Alberto Garrido L. 4 months ago on Google
iendo
honesto,
es
uno
de
los
mejores
lugares
para
comer
en
Illescas
y
sus
alrededores.
Resumo
mi
experiencia:
El
servicio
fue
muy
amable;
nos
asesoraron
y
atendieron
en
todo
momento.
Se
nos
permitió
repetir
la
tapa,
y
en
general,
hay
que
destacar
el
buen
trato
y
la
amabilidad.
Al
ser
un
local
pequeño,
se
permite
esa
atención
especial
por
parte
del
personal.
El
ambiente
es
muy
bueno,
un
pequeño
restaurante
rural
con
una
decoración
preciosa
y
un
entorno
muy
íntimo.
Además,
al
haber
pocas
mesas,
el
ruido
nunca
es
excesivo.
Ideal
tanto
para
parejas
en
una
velada
romántica
como
para
familias
o
amigos;
es
un
local
muy
versátil.
En
cuanto
a
la
comida,
lo
más
reseñable
y,
a
fin
de
cuentas,
lo
más
importante
es
una
maravilla
en
mayúsculas.
Probamos
las
migas
(como
tapa),
y
estaban
espectaculares.
Luego,
probamos
las
croquetas
de
rabo
de
toro,
100%
caseras
y
buenísimas;
venían
con
un
chimichurri
casero
y
salsa
césar.
También
pedimos
pulpo,
y
además
de
estar
muy
bueno
(se
nota
el
horno
de
leña),
la
ración
era
bastante
generosa.
A
pesar
de
todo,
la
joya
de
la
corona
fue
el
chuletón
de
un
kilo
que
estaba
exquisito.
Lo
pedimos
para
compartir,
y
los
comensales
no
compartíamos
opinión
acerca
del
punto
de
la
carne;
el
cocinero
muy
amablemente
seleccionó
unos
cuantos
trozos
del
chuletón
y
los
cocinó
más
para
quien
lo
quería
al
punto
y
dejó
poco
hecho
el
resto.
El
detalle
fue
traerlo
directamente
en
el
mismo
plato
y
al
mismo
tiempo,
de
manera
que
nadie
tuvo
que
esperar
para
comer
porque
había
que
cocinar
más
la
carne.
En
cuanto
a
los
postres,
probamos
el
brownie
y
el
tatín
de
manzana,
este
último
muy
recomendable.
La
carta
de
vinos
y
licores
es
bastante
amplia
y
está
muy
bien.
Sin
embargo,
hay
que
reconocer
que
no
tienen
demasiada
variedad
de
cervezas,
aunque
las
clásicas,
por
supuesto,
están.
La
mezcla
entre
variedad
en
la
carta,
con
cierta
vanguardia
pero
sin
perder
el
norte
de
lo
que
es
la
comida
tradicional
española,
el
horno
de
leña,
la
profesionalidad
del
personal
y
el
ambiente
hacen
de
este
lugar
uno
de
los
mejores
para
comer
en
toda
la
zona.
Además,
hay
que
añadir
el
factor
económico:
no
es
un
restaurante
en
absoluto
caro.
Nuestra
cuenta
salió
a
unos
cuarenta
y
cinco
euros
por
persona
(éramos
tres),
tomando
una
botella
de
vino,
tres
cervezas
(que
venían
acompañadas
de
las
migas),
los
dos
entrantes
descritos,
así
como
el
chuletón,
los
dos
postres
y
luego
una
copa
(tirando
hacia
la
ginebra
cara).
Comimos
más
que
de
sobra
y
salimos
saciados.
¡Muy
recomendable!
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