5/5 Deby S. 1 year ago on Google
#Mercedes
#lamaloka
#comidadeautor
#viajandoconnovio
Reserve
mesa
hace
una
semana
en
La
Maloka
Primero
porque
sabía
que
es
figurita
difícil
en
Mercedes,
segundo
porque
quería
primer
turno
y
siquiera
estar
en
la
lista
de
espera
del
día
(que
no
es
mucha
por
si
acaso,
vimos
negar
el
espacio
para
cenar
a
4
parejas)
Esta
fuera
del
circuito
del
centro
de
Mercedes,
en
una
calle
muy
tranquila,
sobre
la
base
de
lo
que
fue
una
a
antigua
casa,
de
esas
con
galería
y
jardín.
Decorada
de
una
manera
elegante
y
moderna
con
sillones
tapizados
en
un
terciopelo
color
"verde
petróleo
empolvado"
que
no
deje
de
tocar
toda
la
noche,
fetichismo
le
dicen
y
amor
por
los
trapos
buenos
les
contesto.
Llegamos
ni
bien
estaban
ultimando
detalles
para
abrir,
así
que
tuvimos
tiempo
de
ver
todo,
escuchar
buena
música
sin
la
bulla
se
la
gente
y
Susodicho
hablo
por
un
rato
largo
con
Gustavo
(cosa
que
repitió
dos
veces
después).
En
la
mesa
sin
que
te
sientes
ya
te
espera
una
botella
de
vidrio
llena
de
agua
y
hay
una
"carpeta"
de
papel
ilustrada
por
Maria
Jose
Solaro.
También
una
pintura
de
una
planta
de
papa
y
una
pequeñísima
reseña
de
como
vamos
perdiendo
soberanía
con
el
avance
de
lo
que
se
considera
progreso.
Nos
atendió
Laura,
una
joven
que
ayer
desbordó
porque
el
restaurante
estaba
a
pleno.
Amable,
amorosa,
nos
sugirió
pedir
media
porción
de
una
de
las
entradas
y
compartir
el
principal.
Quiero
que
ella
nos
atienda
cuando
regresemos.
(Preguntan
si
hay
algo
a
lo
que
podes
ser
alérgico
o
puede
hacerte
mal).
El
servicio
de
mesa
es
una
sopa
de
pollo,
mani,
frutos
secos
en
un
pequeño
plato
hondo:
podría
ser
una
entrada
y
podría
comerlo
todas
las
semanas.
Te
deja
con
ganas
que
llegue
la
comida
pronto.
Miriam,
la
otra
"cara"
del
restaurante
se
acercó
a
corroborar
que
estaba
todo
bien.
Si
bien
pedimos
dos
entradas,
vinieron
por
separado
y
lo
bueno
que
estuvo
eso:
tener
tiempo
para
probar,
degustar,
saborear
y
todas
esas
cosas
que
queres
hacer
cuando
la
comida
está
preparada
con
tanto
amor
y
sabiduría
gastronómica.
•Tempura
ukoy:
zanahoria,
verdeo,
remolacha
y
batata
rebozado
en
tempura
nañada
con
yogurt,
sweet
chili
y
unas
gotas
de
sriracha.
Susodicho
que
es
fino,
delicado
y
educado,
comió
con
cuchillo
y
tenedor,
yo
agarre
con
las
manos,
los
dos
le
dijimos
a
Miriam
y
a
Laura
que
volvíamos
solo
para
pedir
de
vuelta
ese
plato,
que
no
iba
a
ser
media
porción
y
que
cada
uno
pedía
un
bowl.
Crocante,
suave,
dulce,
picante,
todas
esas
sensaciones
juntas
en
la
boca.
•Entrada
2:
Croquetas
de
osobuco,
crema
ácida,
pickles
y
sriracha,
perfectas,
jamás
te
das
cuenta
que
es
el
osobuco
que
ves
en
un
puchero
o
en
una
empanada,
es
la
sutileza
hecha
croqueta.
•Papardelle
con
el
mar
adentro
del
plato,
las
pastas
eran
sublimes
y
lo
que
acompañaba
(acercando
la
nariz
al
plato)
era
como
el
olor
que
sentis
cuando
llegas
a
la
playa
y
queres
ir
corriendo
a
meterte
al
agua.
Viene
con
hojitas
de
alcaparras
secas
rotas
por
arriba
(se
conseguían
en
mappa
y
las
tengo
en
casa).
Todo
con
un
gin
tonic
y
una
"limonada",
no
tienen
gaseosas,
cosa
que
me
parece
genial
(creo
que
es
un
concepto
de
vida
no
ofrecer
gaseosas
y
no
generar
más
plastico/basura)
Esperamos
un
rato
largo
para
pedir
el
postre,
yo
seguía
dale
que
te
dale
con
el
terciopelo.
Gustavo
seguí
yendo
mesa
por
mesa
para
saber
que
estaba
marchando
todo
bien.
Postres:
Tiramisu,
que
apenas
probé
una
cucharada,
porque
lo
acaparó
el
dueño.
Ni
el
de
cremosidad:
absoluto.
Cheescake
con
queso
de
cabra
de
champs
elysses:
todo
lo
que
esta
bien
en
la
vida:
higos,
merengue,
queso
de
cabra.
La
cuenta
fue
12600$
más
propina.
Creo
que
es
un
gran
lugar
y
merece
el
viaje
hasta
allá,
no
es
tan
lejos
y
la
ruta
a
la
vuelta
es
un
placer
ya
que
no
queda
gente
dando
vueltas
(llegamos
en
una
hora
hasta
caba).
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