5/5 Hector V. 4 years ago on Google
(Translated
by
Google)
We
call
our
places
of
worship
Halls
of
the
Kingdom.
This
is
because
the
biblical
information
we
analyze
in
them
revolves
around
the
Kingdom
of
God,
the
central
theme
of
Jesus'
ministry
(Luke
8:
1).
They
are
centers
of
true
worship
in
the
community.
From
there,
the
preaching
of
the
good
news
is
coordinated
(Matthew
24:14).
The
halls
vary
in
size
and
design,
but
all
are
simple
buildings;
in
many
more
than
one
congregation
meets.
In
recent
years
we
have
built
tens
of
thousands
(on
average,
five
daily)
to
keep
up
with
the
increase
of
congregations.
How
have
we
achieved
it?
(Matthew
19:26.)
They
are
built
thanks
to
a
centralized
fund
that
feeds
on
donations.
These
donations
are
sent
to
the
appropriate
branch
to
lend
money
to
congregations
that
need
to
build
a
new
room
or
remodel
the
one
they
have.
They
are
built
by
a
wide
variety
of
volunteers
without
pay.
Building
Groups
of
Kingdom
Halls
have
been
created
in
many
countries.
These
teams
of
servants
and
construction
volunteers
move
from
one
congregation
to
another
within
their
country,
even
in
the
most
remote
regions,
to
help
congregations
build
their
Kingdom
Hall.
In
other
countries,
Witnesses
with
experience
in
construction
work
have
been
chosen
to
coordinate
the
construction
and
remodeling
of
salons
in
a
certain
area.
Although
many
of
the
volunteers
who
work
in
the
building
are
specialists
in
the
area,
most
of
the
volunteers
who
raise
a
room
are
members
of
the
congregation
that
will
use
it.
The
spirit
of
Jehovah
and
the
unconditional
efforts
of
his
people
have
made
this
possible
(Psalm
127:
1,
Colossians
3:23).
(Original)
A
nuestros
lugares
de
culto
los
llamamos
Salones
del
Reino.
Esto
se
debe
a
que
la
información
bíblica
que
analizamos
en
ellos
gira
en
torno
al
Reino
de
Dios,
el
tema
central
del
ministerio
de
Jesús
(Lucas
8:1).
Son
centros
de
la
adoración
verdadera
en
la
comunidad. Desde
allí
se
coordina
la
predicación
de
las
buenas
nuevas
(Mateo
24:14).
Los
salones
varían
en
tamaño
y
diseño,
pero
todos
son
edificios
sencillos;
en
muchos
se
reúne
más
de
una
congregación.
En los
últimos
años
hemos
construido
decenas
de
miles
(en
promedio,
cinco
diarios)
para
mantenernos
al
paso
con
el
aumento
de
congregaciones.
¿Cómo
lo
hemos
logrado?
(Mateo
19:26.)
Se
construyen
gracias
a
un
fondo
centralizado
que
se
alimenta
de
donativos. Estos
donativos
se
envían
a
la
sucursal
correspondiente
para
prestar
dinero
a
las
congregaciones
que
necesiten
construir
un
salón
nuevo
o
remodelar
el
que
tienen.
Son
construidos
por
una
amplia
variedad
de
voluntarios
sin paga. En muchos
países
se
han
creado Grupos
de
Construcción
de
Salones
del
Reino. Estos
equipos
de
siervos
y
voluntarios
de
construcción
se
desplazan
de
una
congregación
a
otra
dentro
de
su
país,
aun
en
las
regiones
más
remotas,
para
ayudar
a
las
congregaciones
a
construir
su
Salón
del
Reino.
En otros
países
se
ha
elegido
a
Testigos
con
experiencia
en
los
trabajos
de
construcción
para
coordinar
la
edificación
y
remodelación
de
salones
en
cierta
zona.
Aunque
muchos
de
los
voluntarios
que
trabajan
en
la
construcción
sean
especialistas
de
la
zona,
la
mayoría
de
los
voluntarios
que
levantan
un
salón
son
miembros
de
la
congregación
que
lo
usará.
El espíritu
de
Jehová
y
el
esfuerzo
incondicional
de
su
pueblo
han
hecho
posible
esto
(Salmo
127:1; Colosenses
3:23).
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