4/5 Moises David Amézaga C. 4 years ago on Google
El
templo
de
San
Benito,
que
tiene
una
antigüedad
mayor
a
los
300
años
y
se
destaca
por
su
inmaculado
color
blanco
y
sus
techos
con
cúpulas.
El
Cerro
Rico
se
aprecia
en
toda
su
inmensidad.
Al
contrario
de
lo
que
ocurre
con
otras
iglesias
potosinas,
en
la
fachada
no
se
distinguen
grandes
bloques
de
piedra;
varias
capas
de
cal
dan
el
color
característico
al
templo,
que
terminó
de
construirse
entre
1690
y
1696.
El
templo
fue
erigido
exclusivamente
para
adoctrinar
a
los
indígenas
que
vivían
en
la
zona
y
cumplían
con
el
servicio
de
trabajo
obligatorio
conocido
como
mita,
que
fue
instituido
por
el
Virrey
Francisco
de
Toledo
en
la
década
de
1570.
"Es
interesante
que
hayan
puesto
como
patrono
de
este
templo
a
San
Benito”,
el
nombre
se
debe
a
Benito
de
Nursia
(487-547).
Para
ingresar
al
cuerpo
principal
del
templo
hay
que
cruzar
un
ambiente
en
el
que
se
aprecia
una
gran
cantidad
de
adornos
pintados
en
las
paredes,
además
de
una
imagen
muy
fina
de
Nuestra
Señora
de
Atocha.
La
figura,
que
yace
en
un
pequeño
altar
pintado
enteramente
con
pan
de
oro,
fue
traída
de
España
y
data
del
siglo
XVI.
Al
ingresar
por
el
ala
derecha
de
la
iglesia,
uno
no
puede
evitar
desviar
la
mirada
hacia
el
Altar
Mayor
que
tiene
un
imponente
retablo
construido
en
madera,
enteramente
bañado
con
pan
de
oro.
La
estructura
data
del
siglo
XVIII.
Todo
el
templo
fue
restaurado
hace
algunos
años
y
el
retablo
fue
lo
último
que
se
arregló.
Las
gestiones
para
la
refacción
fueron
hechas
por
el
antiguo
párroco
de
San
Benito,
el
sacerdote
alemán
Thomas
Hermes,
que
sirvió
en
esa
parroquia
por
14
años
hasta
enero
de
2013.
La
entrega
se
hizo
en
noviembre
de
2013.
Las
labores
fueron
realizadas
por
especialistas
nacionales
y
extranjeros
y
fueron
financiadas
por
las
donaciones
de
la
Diócesis
Alemana
de
Wurzburgo,
Alemania,
y
el
Gobierno
Municipal
de
Potosí,
según
El
Potosí.
En
la
cúpula
principal
están
pintados
los
cuatro
evangelistas.
A
San
Lucas
se
lo
reconoce
por
un
toro
que
yace
a
su
lado;
a
San
Mateo
por
un
león
y
a
San
Juan
por
un
águila;
en
cambio,
San
Marcos,
posa
sin
ninguna
criatura.
En
el
domo
principal
y
en
los
otros,
hay
adornos
que
se
descubrieron
durante
la
restauración,
los
cuales
permanecían
ocultos
bajo
capas
de
yeso.
Lo
mismo
ocurre
con
los
detalles
que
se
aprecian
en
los
muros
del
templo.
Es
común
encontrar
diferentes
instancias
en
las
paredes
de
los
templos
coloniales,
pues
en
esas
épocas,
cada
10
a
20
años,
las
imágenes
deterioradas
se
cubrían
con
una
capa
de
yeso,
sobre
la
cual
se
hacían
nuevas.
En
el
altar
del
ala
izquierda
del
templo
hay
una
imagen
de
la
Crucifixión.
En
los
costados
también
hay
detalles
pintados
que
se
empleaban
para
instruir
a
los
indígenas
acerca
de
los
elementos
relacionados
con
la
crucifixión,
como
los
dados,
los
clavos
o
la
lanza.
La
imagen
del
crucificado
es
de
gran
realismo
y
la
calavera
que
hay
debajo
de
ella,
con
su
alto
relieve,
es
impresionante.
Se
trata
de
una
representación
del
Gólgota
o
el
lugar
de
la
Calavera.
El
señor
de
san
benito
La
imagen
principal
del
templo
corresponde
al
Señor
de
las
Caídas
o
Señor
de
San
Benito,
que
usualmente
está
ubicado
en
el
Altar
Mayor.
Ahora
está
delante
de
uno
de
los
púlpitos,
porque
gran
cantidad
de
feligreses
acude
a
prenderle
velas.
Otras
imágenes
que
se
contemplan
en
el
templo
corresponden
a
Santo
Domingo,
San
Francisco,
María
Magdalena
y
Santa
Verónica.
Todas
ellas
fueron
restauradas,
lo
mismo
que
los
cuadros
que
cuelgan
en
los
muros.
Luego
de
conocer
el
interior
del
templo,
está
el
patio
principal,
el
cual
está
rodeado
por
arcos
blancos.
el
templo
de
San
Benito,
que
desde
hace
más
de
tres
siglos
yace
en
las
faldas
del
Cerro
Rico
de
Potosí.
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