1/5 Tere M. 1 year ago on Google
Una
estrella
es
muchísimo,
pero
no
se
pueden
dar
estrellas
negativas.
Cuando
mi
esposo
fué
llevado
al
quirófano
me
dijeron
que
esperara
"donde
yo
quisiera",
sin
ni
siquiera
tomar
nota
de
mi
teléfono.
¿Por
qué?
Porque
no
les
importa
mantener
informado
a
quién
está
a
la
espera
de
noticias.
Yo
decidí
ir
a
la
sala
de
espera.
Nadie
me
avisó
nada.
Después
de
esperar
2.5
horas
por
una
operación
de
una
hora,
preguntando,
me
dijeron
que
"si
no
ha
habido
ninguna
urgencia,
entonces,
todo
va
bien".
El
médico
reportó
los
pormenores
de
la
cirugía.
Debía
esperar
"5
minutos".
Pasaron
más
de
20
y
fuí
yo
quien
entró
a
la
Sala
de
recuperación.
Dos
horas
después,
subieron
al
paciente
a
su
habitación.
Dos
enfermeras
y
yo
(ojo:
y
yo)
lo
movimos
de
la
camilla
a
su
cama.
Yo
permanecí
toda
la
noche
con
él.
La
única
vez
que
solicitamos
ayuda
de
las
enfermeras,
apareció
una
que
se
quedó
en
la
puerta,
preguntando
qué
necesitábamos.
Dijo
mi
esposo
"necesito
ir
al
baño,
por
favor".
La
respuesta
de
la
enfermera:
no
puede
pararse.
Y
con
la
misma
rapidez,
cerró
la
puerta
y
se
fue.
¿De
qué
sirve
el
dichoso
botón
de
urgencia?
Ni
siquiera
sirve
de
adorno.
En
ningún
momento,
es
decir,
NUNCA
se
apareció
ninguna
enfermera
para
revisar
los
signos
vitales.
Uno
esperaría
eso
después
de
una
CIRUGÍA.
No
es
que
estuviéramos
acampando,
estábamos
en
un
hospital.
No
quiero
enfatizar
que
este
hospital,
Hospital
Pro
Familia
es
privado.
Pero
se
espera
que
en
un
HOSPITAL,
las
enfermeras
promuevan
la
salud,
prevengan
la
enfermedad,
restauren
la
salud
y
alivien
el
sufrimiento.
Ninguna
tomó
reporte
de
nada,
ninguna
comunicó
instrucciones
del
médico.
No
me
puedo
quejar,
la
única
enfermera
amable,
fue
la
que
trajo
las
charolas
de
comida.
Una
enfermera
le
dijo
a
mi
esposo
que
debía
bañarse.
Que
le
enviarían
agua
caliente.
Después
de
10
minutos,
cero
agua
caliente.
Por
cierto
que
también
le
dijeron
que
le
darían
"protecciones
plásticas"
para
bañarse
en
casa.
Nunca
llegaron
a
nuestras
manos,
se
quedaron
en
el
camino.
Cabe
mencionar
que
el
sujetador
que
le
dieron
no
era
de
talla
correcta
"porque
no
tenemos
otro"
y
no
cumplía
su
función.
Al
día
siguiente,
a
menos
de
24
horas
de
la
cirugía,
mi
esposo
fue
dado
de
alta.
Pregunté
por
las
instrucciones,
cero.
¡Ah!
Pero
eso
sí,
me
enfatizaron
(levantando
la
mirada
de
su
teléfono
celular)
que
no
podían
quitar
la
aguja
del
suero
del
brazo
del
paciente
"hasta
que
se
cancelara
la
cuenta
del
hospital".
Tres
horas
para
dicha
cancelación
de
cuenta.
Cabe
mencionar
que
el
anestesiólogo,
no
pregunta
nada.
Aplica
la
anestesia
con
su
conocimiento
omnipotente.
Que
el
paciente
después
no
pueda
controlar
su
micción,
obviamente
es
problema
del
paciente.
El
anestesiólogo
brilló
por
su
ausencia.
Normalmente
se
esperaría
que
la
enfermera
despida
al
paciente
con
las
instrucciones
correspondientes
y
una
pequeña
charla
de
qué
esperar
y
en
qué
casos
buscar
atención
médica.
Será
que
en
El
Salvador
es
de
conocimiento
urbano
qué
hacer
y
qué
no
hacer
después
de
una
cirugía
y
sólo
YO
no
lo
sé.
El
servicio
no
me
lo
obsequiaron,
pagué
TODO
lo
que
me
cobraron
y
esperaba
un
mínimo
de
empatía
y
humanidad
al
no
ser
de
San
Salvador.
No
le
recomiendo
a
NADIE
tener
que
ir
al
hospital
aquí.
Ni
a
mi
peor
enemigo.
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