3/5 Martín M. 1 year ago on Google
Esto
no
es
más
que
un
puente.
Un
puente
viejo,
metálico,
muy
angosto
y
con
la
mitad
destinada
al
paso
de
un
ferrocarril
que
ya
ni
existe.
El
río
grande
de
la
Magdalena
pasa
por
debajo,
grande
e
imponente,
por
supuesto,
pero
eso
no
hace
que
el
puente
mismo
sea
un
gran
atractivo,
pues
no
es
más
que
la
forma
más
cómoda
de
pasar
de
un
lado
a
otro
del
río.
La
zona
es
caliente
a
más
no
poder.
El
aire
parece
hervir,
el
sol
quema
desde
la
piel
hasta
el
pelo.
Hay
más
motos
circulando
(como
en
casi
toda
Colombia)
que
moscas
alrededor
de
la
basura.
Hay
un
restaurante
junto
al
puente,
bueno,
cómodo,
grato
y
con
muchas
y
muy
buenas
opciones
de
comida.
De
un
lado
del
río
es
Antioquia
y
del
otro
lado
es
Santander.
El
restaurante
está
en
el
lado
de
Antioquia.
Puerto
Berrío
tiene
una
larga
historia
(Pedro
Justo
Berrío
habría
que
consultar),
y
el
puente
también.
¿Cómo
te
sientes
en
un
puente?
Eso
depende
de
cada
persona
y
de
cada
momento:
una
cosa
es
si
tienes
una
linda
pareja
y
le
das
un
beso
en
el
puente,
y
otra
cosa
es
si
tu
linda
pareja
te
engañó
y
vas
al
puente
porque
te
quieres
quitar
la
vida.
De
todos
modos
siempre
será
mejor
que
no
te
quites
la
vida,
mucho
menos
por
una
pareja
que
te
engañó.
Ve
al
puente,
o
míralo
si
estás
pasando
por
ahí,
tal
vez
nunca
más
lo
vuelvas
a
ver.
Porque
para
los
que
pasan
por
allí
todos
los
días
varias
veces
al
día,
el
puente
es
como
si
no
existiera.
Así
es,
así
somos.