5/5 Fernando P. 1 year ago on Google
El
hotel
es
un
grupo
de
edificios
de
piedra
construidos
en
distintas
épocas,
con
la
casa
principal
del
año
1778,
que
es
donde
se
sirven
los
desayunos.
Todas
las
casas
cercadas
por
una
alta
tapia
de
piedra.
Un
hotel
rural
tranquilo
y
agradable
con
tan
solo
cuatro
habitaciones
tipo
suite,
cada
una
con
el
nombre
de
una
estación
del
año.
La
nuestra
era
la
suite
Invierno.
A
pesar
de
tener
muy
pocas
habitaciones
el
hotel
tiene
una
gran
extensión
de
terreno
ajardinado.
Cuenta,
además,
con
un
pequeño
edificio
con
una
cocina
bien
equipada
con
fregadero,
microondas
y
nevera
donde
puedes
traer
tu
propia
comida.
Hay,
también,
una
barbacoa
y
una
piscina
con
tumbonas.
El
hotel
está
bien
situado,
en
una
zona
residencial
tranquila
rodeada
de
campos
de
cultivo,
a
quince
minutos
en
coche
del
centro
de
Viana
do
Castelo
y
a
diez
de
una
cercana
y
bonita
playa
de
dunas.
Las
habitaciones
son
muy
grandes
y
están
muy
bien
equipadas
con
una
zona
de
dormitorio
y
un
pequeño
salón
con
televisión.
La
cama
es
amplia
y
muy
cómoda.
El
baño
es
amplio
y
completo,
con
ducha
y
bidet.
La
limpieza,
tanto
de
la
habitación
como
del
baño
es
buena,
todo
está
muy
limpio.
El
desayuno
de
tipo
buffet
es
abundante,
con
cafés
o
tés,
zumos
y
con
variedad
tanto
de
dulce
como
de
salado:
tostadas,
huevos
revueltos,
fiambre,
tomate,
croissants
o
fruta.
En
la
parte
trasera
de
la
propiedad
hay
una
zona
donde
se
puede
aparcar
el
coche,
para
lo
cual
te
facilitan
un
mando
a
distancia
de
la
puerta
de
entrada.
La
dueña,
Cecilia,
es
un
encanto
de
persona,
atenta,
amable
e
intentando
siempre
complacer
a
los
huéspedes
para
que
estén
lo
más
cómodos
posible.
Habla
perfectamente
varios
idiomas:
portugués,
español
e
inglés
(y
no
sé
si
alguno
más).
A
nosotros
nos
facilitó
mucha
información
sobre
las
ciudades
y
lugares
que
podíamos
visitar
por
la
zona:
Viana
do
Castelo,
Ponte
de
Lima,
Braga
o
Valença
do
Minho.
Poseen
en
los
alrededores
viñedos
y
elaboran
sus
propios
vinos
que
venden
allí
mismo.
Un
hotel
rural
con
una
relación
calidad-precio
excelente
que
recomiendo.
Un
lugar
muy
tranquilo
donde
se
puede
descansar
y,
sobre
todo,
donde
el
trato
es
familiar
y
muy
agradable.